Entrevista a nuestro farmacéutico Edgar Abarca Lachén en Ronda Somontano en pasado 1 de marzo 2021: "¿En qué consiste la falta de adherencia a los tratamientos?".

Para ver la entrevista, pincha aquí: https://rondasomontano.com/revista/155884/en-que-consiste-la-falta-de-adherencia-a-los-tratamientos-nos-lo-explica-edgar-abarca/

COVID Y ATENCIÓN PRIMARIA

Cadena COPE, 22 de febrero 2021

PRESENTACIÓN:

Santiago Javier Gutiérrez Martínez, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, con ejercicio desde 1998 como médico titular en el Centro de Salud de Binefar y coordinador de diabetes del Equipo de Atención Primaria del Centro de Salud.

 

PREGUNTAS

Pregunta 1:

En la pandemia, sobre todo a partir de la segunda ola, la carga de trabajo se volcó hacia los centros de salud generando un total colapso de la atención primaria. ¿En qué se ha fallado?

Respuesta:

 Desde el inicio de la pandemia, y desde que se decretó el primer estado de alarma en marzo, hemos ido atravesando sucesivas etapas. La primera ola la vivimos de manera muy uniforme en todo el país, si bien hubo zonas con bastante más grado de afectación que otras.

En Aragón concretamente hacemos referencia a una tercera ola que se generó en septiembre y sobre todo en la segunda mitad de octubre, cuando ya se admitió en toda España que estábamos en fase de ascenso de una segunda ola, con la declaración del nuevo estado de alarma el 25 de octubre de 2020. En junio y julio, en Aragón tuvimos un gran repunte debido sobre todo a los temporeros y que supuso una particular segunda ola: la movilidad de la población de estas zonas hacia grandes ciudades, como Zaragoza, Barcelona, Lleida, Tarragona… no considerar a la zona del valle del Cinca y del Segre como una única área por donde estos trabajadores se mueven habitualmente y no coordinar desde las distintas Administraciones medidas similares coincidentes en el tiempo, propiciaron la propagación de esta segunda ola en Aragón y Cataluña.

En Binefar por ejemplo y en poblaciones con industrias cárnicas, se produjo una presentación con un perfil característico con un gran índice de afectación de los trabajadores y familias de estos, dándose un mayor grado de contagios ya en abril-mayo; cuando la primera ola iba descendiendo, en estos lugares se vivía el pico de la curva. Al inicio de la “nueva normalidad” comenzamos a ver brotes en grupos de jóvenes que compartían locales de reunión; ya en verano fuimos viendo cómo las “no fiestas” causaban estragos en diversas poblaciones incluso con tasas de incidencia previa muy bajas porque la gente continuó reuniéndose en una forma que incumplía las más elementales medidas de prevención.

El sistema de rastreo de contactos que iba a ser el puntal para la contención de la transmisión en verano, no fue debidamente dotado sobretodo en recursos humanos, dando lugar a un colapso de la Atención Primaria, si bien en la provincia de Huesca se pudo contar con una mayor proporción de personal para este cometido. Con todo esto gran parte de la capacidad de Atención Primaria se vio mermada por la sobrecarga que la contención de la epidemia y la asistencia a enfermos COVID exigía.

Por fin lo que más nos desbordó en Aragón fue el puente del Pilar y los fines de semana siguientes con el cierre de la hostelería en Cataluña, dando lugar a celebraciones de banquetes en las poblaciones más próximas, como Binefar, Monzón, Fraga, Barbastro. En definitiva hemos podido ir comprobando que la relajación en las medidas de movilidad y distanciamiento, dan lugar en unas 3 o 4 semanas a un desbordamiento de la incidencia y de la capacidad de nuestro Sistema Sanitario.

Pregunta 2:

Todos los profesionales sanitarios están haciendo grandes esfuerzos en luchar contra el coronavirus. Su máxima prioridad es atajar la crisis que está provocando el virus a nivel mundial. Pero, ¿y el resto de patologías?. ¿Cómo se está atendiendo al paciente crónico en estos momentos?.

Respuesta

Tras la primera ola de la pandemia, donde se ejerció practicamente una medicina de guerra, se cambió en un día la atención tradicional por una asistencia a través del teléfono, cribando y seleccionando al máximo aquellos pacientes que pudieran precisar de una asistencia presencial, y cuidando al máximo las medidas de protección, ya que el hecho de contagiarse el personal sanitario, además del riesgo vital que suponía, implicaba causar baja para poder seguir atendiendo las necesidades de salud. No hay que olvidar que los equipos de protección eran escasos o inexistentes al principio, y que un gran porcentaje de sanitarios contrajeron la enfermedad.

Más tarde y con la “nueva normalidad” que no tenía que ver nada con lo hasta entonces conocido, continuamos con la teleasistencia a través del teléfono, la supresión casi total del empleo del papel, por evitar contacto y posible contagio… y la limitación de la consulta presencial a lo puramente imprescindible.

Además de los casos agudos, el control de los pacientes crónicos ha sufrido un gran cambio, y una accesibilidad a los centros sanitarios reducida a la mínima expresión, todo por motivos de seguridad, tanto de sanitarios como de pacientes. La regulación del acceso a los centros sanitarios es necesaria para evitar la propagación de COVID

Como ejemplo, podemos citar que ha habido casos de pacientes inmovilizados en sus domicilios por sus dolencias, que estaban infectados por COVID y han precisado atención domiciliaria sobre todo por parte de enfermería porque necesitaban cuidados diarios y estas profesionales han atendido regularmente a estos pacientes, con todo el equipamiento de protección debido y que después debían seguir atendiendo a otras personas en el propio Centro de Salud. Está claro que se debe extremar la precaución y ésta empieza por evitar contactos innecesarios y a personas de riesgo.

El control de las patologías crónicas, en cierto modo ha tenido que reinventarse sobre todo el control de HTA, Diabetes y dislipemias, obesidad, neumopatias (EPOC, ASMA), pacientes anticoagulados, disfunciones hormonales como patología tiroidea, programas de detección precoz de cáncer…

En la HTA se ha promovido la adquisición de aparatos automáticos por parte de los propios pacientes, ya que además proporciona un registro incluso más fiable que en el propio centro médico al reducir el componente ansioso que presenta el paciente y que acompaña a la exploración cuando la realiza un profesional- Los pacientes son llamados periódicamente por personal de Enfermería y también pueden consultar telefónicamente si detectan mal control en las cifras de TA.

En el caso de la diabetes sí que se ha espaciado más el control glucémico capilar (pinchazo en el dedo), en los diabéticos de tipo 2 y sí que se intenta ir realizando puntualmente sus controles analíticos periódicos. En cuanto a los diabéticos de tipo 1, ellos disponen de glucómetros y no les altera tan apenas su rutina, pudiendo todos ellos consultar por teléfono ante cualquier incidencia.

Otras patologías, como dislipemias, disfunciones tiroideas, se ha intentado ir siguiendo su pauta periódica de controles analíticos-

En cuanto a pacientes anticoagulados, se dio por parte de Gerencia recomendaciones de poder cambiar aunque fuera provisionalmente, a los nuevos anticoagulantes de acción directa que precisan aprobación por parte de inspección siempre que se cumplan los criterios, incluyendo como tal la situación de pandemia, y así evitar la asidua y obligada asistencia de los pacientes para su control.

El control de EPOC a base de espirometrías sí que ha sufrido un parón, al ser una exploración de gran riesgo. Con la nueva normalidad se autorizó su reanudación si bien se ha suspendido con cada agravamiento de la incidencia de contagio de la pandemia.

Pregunta 3:

Siguen habiendo situaciones en las que el paciente crónico, sobre todo mayor, se ha sentido algo perdido: recetas electrónicas que se debían renovar, dolencias que deja “para más adelante” por el miedo al contagio que puede suponer ir al centro de salud…..¿cómo se están solventando este tipo de situaciones?

Respuesta:

Respecto a las recetas crónicas, se activó desde Servicios Centrales una renovación generalizada para todos los usuarios que se aplicó en 2 ocasiones durante la primera ola de la pandemia y que ya después con la nueva normalidad se nos dio instrucciones a los médicos de Atención Primaria para que sistemáticamente fuéramos renovando las prescripciones crónicas de los pacientes y no dar lugar a que demandaran ellos su renovación como habitualmente se había venido haciendo.

Hemos visto en general una reducción de la demanda asistencial de patologías menores y probablemente también de afecciones más graves, por el propio temor que en muchas personas puede generar el tener que acudir a un centro sanitario o verse ingresado en un hospital en este contexto epidémico. También el hecho de vernos obligados a seguir las medidas de distanciamiento y protección y uso de mascarillas ha acarreado un descenso en la patología infecciosa aguda y en invierno, como nunca hasta ahora habíamos conocido.

Pregunta 4:

Nuestro gran puntal sanitario es la atención primaria, que por cierto, ya estaba “maltratada”. Pocos medios, poco tiempo por paciente, poco personal. ¿El coronavirus ha sido este el remate?

Respuesta

Puede que para dejar patente una necesidad sentida sea preciso ponerla en evidencia… El Sistema Sanitario ha venido adoleciendo desde hace décadas de falta de recursos materiales y humanos para proporcionar una asistencia verdaderamente de calidad, que ha sido suplida en gran parte gracias a la abnegación y entrega de los profesionales, que si bien reivindicaban esa falta de recursos, iban asumiendo las nuevas responsabilidades, sobrecargas asistenciales y precarización laboral que año tras año venía acentuándose cada vez más. Hemos tenido que ir adquiriendo nuevas habilidades (implícito en nuestra propia profesión, por la actualización continua de conocimientos que se nos exige), para acometer aumentos en los programas de atención a los pacientes que se incluyen en la cartera de servicios, sin que por ello se disponga de más tiempo o de una reducción de número de pacientes por cupo para poder llevarlas a cabo en las debidas condiciones ni acompañado de una justa remuneración por la asunción de nuevas competencias…

La pandemia ha supuesto un auténtico tsunami que lo ha desbordado todo. Ha evidenciado la escasa provisión de recursos que se tenía para afrontar una situación semejante, aunque ya hace unos 5 años Billy Gates alertó en una conferencia que en su país, EE.UU. no se estaba tampoco preparado para acometer una emergencia semejante y puso de ejemplo al coronavirus. Los países orientales, han estado expuestos en las últimas décadas a epidemias de nuevos virus con alto potencial patógeno que afortunadamente pudieron contener y no suponer una situación de pandemia como la actual. Ello propició que hayan estado más habituados a enfrentarse al peligro de enfermedad contagiosa con alto índice de propagación y que medidas como el uso de mascarillas y la adopción de medidas drásticas de contención que no han dudado en implementar desde los primeros momentos, se hayan mostrado mucho más eficaces y exitosos a la hora de contener la pandemia.

Sería una buena oportunidad para fortalecer los recursos de nuestro Sistema Sanitario y proporcionar un mínimo de dotación material y humano para acometer posibles contingencias.

Para escuchar la entrevista, haz click aquí: https://go.ivoox.com/rf/65926741

 

"Mil kilos  de amonal". Artículo de nuestro farmacéutico Edgar Abarca Lachén, en Tribunal Altoaragonesa del Diario del Alto Aragón. 24 de febrero 2021.

 

La Universidad San Jorge desarrolla desde el año 2010 el Programa de Aseguramiento de la Calidad del Medicamento Individualizado (PACMI) dentro del área de Farmacia de la Facultad de Ciencias de la Salud, del cual su coordinador es nuestro farmacéutico Edgar Abarca Lachén.

PACMI se encarga de realizar estudios comparativos sobre medicamentos individualizados para adaptarse a las necesidades de un paciente específico.

Se trata de un servicio único en España de transferencia tecnológica. Los principales servicios que ofrece PACMI son el control de calidad de los medicamentos elaborados por los clientes y el asesoramiento para mejorar procesos de elaboración, desarrollos galénicos (transformación de los principios activos en formas farmacéuticas adecuadas para su administración) y estudios de estabilidad de las formulaciones.

 

PACMI está trabajando con ISDIN en el desarrollo de nuevas  formulaciones.

Para ver el vídeo, haz click aquí: https://we.tl/t-ieSYTiFdYb?src=dnl

 

 

En nuestro espacio Aula Lachén, hacemos un resumen del año COVID con la herramienta Kahoot. ¡Muy divertido!.

El pasado 20 de febrero, nuestro farmacéutico Edgar Abarca fue entrevistado por Paula Gracia de Ronda Somontano Comunicación para hablar de la polimedicación.

Para ver la entrevista, clickar aquí: https://rondasomontano.com/revista/155855/que-es-la-polimedicacion-edgar-abarca-nos-lo-cuenta/

Artículo de nuestro farmacéutico Edgar Abarca Lachén, "Carrasca de Lecina: tributo a la supervivencia". Un homenaje a la milenaria carrasca de Lecina y sobre todo, a esos millones de árboles de los que nadie se acuerda y quedaron por el camino.

Tribuna Altoaragonesa. Diario del Alto Aragón. Lunes, 15 de febrero 2020.

El pasado 9 de febrero, nuestro farmacéutico Edgar Abarca fue entrevistado por Paula Gracia de Ronda Somontano Comunicación para abordar la pandemia silente del siglo XXI: la medicalización de la sociedad.

 

Para escucharla, haz click aquí: https://rondasomontano.com/revista/155850/la-medicalizacion-de-la-sociedad-entrevista-a-edgar-abarca/

Artículo de nuestro farmacéutico Edgar Abarca en Tribuna Altoaragonesa. 5 de febrero 2021

FRENTE A LA ILLANIZACIÓN DE LA SOCIEDAD

Edgar Abarca Lachén

Farmacéutico. Profesor e investigador en la Universidad San Jorge

España es una fábrica de perdedores porque no soporta a la gente que gana

Golpes Bajos - David Gistau (1970-2020)

Afirma Albert Boadella en su delicioso “El Duque” que ha entrado en funcionamiento la inquisición igualitaria que fiscaliza cualquier actitud preeminente de un ciudadano. Es lo que sin lugar a dudas representa Salvador Illa, ese barón discreto y prudente que nos abandona (si es que no lo hizo ya desde el inicio) precisamente no en el mejor momento de la pandemia.

Desde el raquítico Ministerio de Sanidad, transferido y sin competencias, asesorado por el siempre desacertado Simón, Illa menospreció unas alarmas que rápidamente se tornaron inequívocas en paralelo a una falta de anticipación cuasi patológica. Por no hablar del fiasco en la centralización de las compras, criterios en constante mutación, el desprecio identitario por la sanidad privada y un cribado masivo mediante test sobre el cual todavía seguimos cavilando.

Tras renunciar reiteradamente a liderar y coordinar la locura de las autonomías y sus correspondientes modelitos para combatir al COVID, siempre a remolque de los acontecimientos y en un momento clave del proceso de vacunación que todavía debe ser engrasado, se va para alcanzar cuestiones más sublimes. Más rentables. Menos tediosas.

Y es que las cosas no se podrían haber hecho mejor. Es de lo más decente en política y como es lógico la propaganda ya habla del futuro President. Sin lugar a dudas lo merece. Un señor de partido, eficiente, que no ha creado problemas. Aquel político con el que uno, aunque sea por mero aburrimiento, no puede enfadarse.

Nos depara un futuro incierto, con profundos abismos a los que deberemos enfrentarnos. Entre ellos, la mayor caída del PIB en tiempos de paz, una brecha social sangrante y la tasa de paro juvenil más elevada de la OCDE con una juventud cuya frustración (y pasotismo) no podemos permitirnos y que por descontado, la ristra de leyes de educación pro-mediocridad (qué pensar vs cómo pensar), por mucho que pese a algunos, no acaban de maquillar los datos de PISA y por ende, nuestra capacidad competitiva.

Huérfanos de referentes, de personas ejemplares y brillantes, hoy ocultas por su indisposición a que el sistema de mendrugos los aplaste, nos enfrentamos a lo que nos queda por venir liderados por una clase política mediocre que no cree en la ciencia, no protege la investigación y no apuesta por la tecnología hecha aquí. Pero todo de buen rollo, faltaría más. Hace demasiado tiempo que estamos ante la Illanización de la sociedad.

Pese al optimismo de Pinker, quien afirma que el bienestar de la humanidad goza de unos estándares jamás alcanzados, el progreso sólo será posible en la medida que una sociedad civil más participativa y menos politizada, sea capaz de recuperarse del coma y demandar verdadera información frente a la infoxicación instaurada. La apuesta por las slow cities, un mundo rural interconectado con los hubs tecnológicos e iniciativas como Huesca Suena y ForoB21 en Barbastro son sintomáticas y esperanzadoras.

En unos días se cumplirá un año de la muerte de mi admirado David Gistau, un tipo de todo menos vulgar, que ya nos advertía de que “queremos una igualación por abajo, que no incomode con su ejemplo, que te permita vivir en la pachorra”. Ojalá, aunque sea por una vez, se equivoque.

Nuestro farmacéutico Edgar Abarca Lachén, coordinador de la sección El Albarelo del periódico semanal El Cruzado Aragonés, ha escrito un artículo titulado "Falsedades acerca de las vacunas contra el COVID: ¿Qué debemos saber? - Parte 2", en la que a partir de la Guía para desmentir 24 bulos sobre la vacuna de COVID-19 del investigador Jiménez Guardeño del King´s College London, desmitifica algunos bulos, dudas y desconfianzas que sólo pueden combatirse con información veraz y contrastada.

8. «Vacunarnos puede provocarnos Covid-19»

Falso. Los efectos adversos de la vacunación son los habituales en estos tratamientos: fiebre, dolor articular o cansancio. Son también algunos de los signos y síntomas inespecíficos de la Covid-19, obviamente en mucho menor grado.

9. «Las vacunas no sirven porque hay gente que se vacuna y aun así se infecta»

Para tener una mayor protección con las vacunas aprobadas es necesaria la aplicación de dos dosis con un intervalo de tiempo. Las personas pueden infectarse en esa ventana temporal entre las diferentes dosis y siempre existirá un pequeño porcentaje en torno al 5% en el que la vacuna no es efectiva.

10. «Nos quieren usar como cobayas»

Falso. Las vacunas han pasado todas las fases necesarias para la evaluación de su seguridad de forma satisfactoria. Además ya se ha vacunado a millones de personas y no se han encontrado efectos adversos que hagan dudar de su seguridad.

11. «No tengo que vacunarme porque ya he pasado la enfermedad»

Falso. Los diversos grupos de investigación todavía no tienen datos suficientes para responder cuánto tiempo dura la protección de quienes desarrollaron anticuerpos después de pasar la enfermedad.

12. «Es mejor esperar a ver qué pasa»

Falso. El beneficio de la vacuna supera con creces el riesgo de tener algún efecto adverso. La probabilidad de que nos infectemos con el virus contagiando a otros, enfermemos y desarrollemos síntomas graves de Covid-19, llegando incluso a fallecer, es mayor que los posibles efectos secundarios que pueda tener la vacuna.

13. «¿Para qué vacunarnos de un virus que 'solo' mata al 1% de los infectados?»

Visto así, un 1% puede no parecer mucho pero es un número enorme cuando hablamos de vidas y de millones y millones de personas infectadas. Y sobre todo cuando afecta a nuestros seres queridos directamente.

14. «Nadie cuenta la 'receta' de las vacunas»

Falso. Debido a la reciente y comprensible inquietud de la población sobre la seguridad de la vacuna, las compañías y las agencias reguladoras han hecho públicos la composición de la vacuna para que todo el mundo pueda consultarla.

15. «Las vacunas no sirven porque el virus está mutando»

Falso. Es cierto que los virus mutan porque es la forma que tienen de evolucionar. Sin embargo, los coronavirus son de los virus de ARN que menos mutan porque tienen actividad correctora de errores que los va corrigiendo cuando el virus se multiplica. Aun así, las mutaciones y variantes son muy habituales y van a seguir apareciendo variantes nuevas.

16. «Si las mascarillas y el distanciamiento social son eficaces ¿para qué vacunarnos?»

Las medidas de protección son indispensables para disminuir la probabilidad de contagio pero no son suficientes para evitar que el virus siga infectando. El objetivo de las vacunas es generar una inmunidad de grupo que nos permita volver a la normalidad, algo que no se consigue a través de las medidas sanitarias.

*Fuente: Guía para desmentir 24 bulos sobre la vacuna de COVID-19. José M Jiménez Guardeño, King's College London; Alejandro Pascual Iglesias, Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz (IdiPAZ); Ana María Ortega-Prieto, King's College London; Francisco Javier Gutiérrez Álvarez, Centro Nacional de Biotecnología (CNB - CSIC); Javier Cantón, Campus Internacional para la Seguridad y Defensa (CISDE) ; José Angel Regla Nava, La Jolla Institute for Immunology y Jose Manuel Honrubia Belenguer, Centro Nacional de Biotecnología (CNB - CSIC).

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